En el artículo  Cuerpo con sentido:
 hacía una pedagogía poética frente a la enajenación y a la violencia instaladas en la subjetividad y el cuerpo. Esta pedagogía promueve la afectación a  través de la comprensión, el cuidado y el sentido estético del cuerpo que enfatiza a la lectura como fractal de vida
Comprender el cuerpo es darle un sentido complejo: Ideas emociones sensaciones se tejen con la sangre y el corazón.  Cuidar el cuerpo es lograr una sensualidad ética que cure las huellas de la violencia. El sentido del cuerpo es experiencia y formación  en el devenir que permite a la literatura expandir la vida con su multiplicidad de sentidos: La aleja de si misma para lograr su expresión. 
Clara Cuervo en este artículo Cuerpo con sentido: hacía una pedagogía poética, nos plantea que esta   pedagogía promueve la


afectación de los cuerpos a través de la comprensión el cuidado y el sentido estético del cuerpo  que enfatiza a la literatura como fractal de vida. Comprender el cuerpo   es darle un sentido complejo, ideas emociones y sensaciones  se tejen con la sangre y el corazón
Cuidar el cuerpo es lograr una sensualidad ética que cure las huellas de  la violencia. El sentido del   cuerpo  es experiencia y formación en el devenir que permite a la literatura  expandir la vida con la multiplicidad  de sentidos. La aleja de sí misma para lograr su expresión.
La propuesta de la pedagogía poética de Clara Cuervo  invoca  aala poesía ara que detenga a la esquizofrenia  el cinismo y la perversidad instaladas en los cuerpos.
El poemas es la casa de la  presencia. Es la morada donde habita el testimonio, aquello que no se puede “decir pero si “mostrar”. La poesía es conocimiento, salvación, poder. Actividad  capaz de cambiar el mundo, la palabra poética es revolucionaria  por naturaleza y como ejercicio del espíritu, actividad intrínsecamente liberadora; más que una forma literaria, el poema es el lugar de encuentro  entre la poesía y el hombre  (Bárcena).    
Si me quieres,  quiéreme entera,
No por zonas de luz y sombra …
Si me quieres quiéreme negra
Y blanca Y gris, y verde y rubia,
Y morena …..
Quiéreme día  
Quiéreme noche …
¡ Y madrugada en la ventana abierta!...
Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda… O no me quieras!”
Si me quieres , quiéreme como te quiero
Con pasión, con locura  y deseo ….
Aunque sé que jamás me querrás  como yo
Te quiero, como solo se puede  sentir  cuando
Hay un amor verdadero,  transparente, sincero
Como solo te puedo amar a ti que has sido, eres
y siempre serás  mi eterno “Amor Secreto”…..
La poesía permite lecturas  del cuerpo  que trascienden a las limitadas  por la racionalización, que promueven  la formación humana, la cual se asume desde la afectación de la subjetividad, donde  afectar la subjetividad es afectar el cuerpo.  Por lo cual formar el cuerpo es formar la subjetividad.
No se precisan de conceptos cerrados y racionalizadores, sino de palabras estéticas (frente al arte)  que abren y permitan la multiplicidad, la transformación,  el sentido: experiencia,   acontecimiento.     Jorge Larrosa (2003) y Fernando Bárcena (2005).   
El  arte promueve formas de pensar, emocionar, sentir, asumir el cuerpo que transgreden, afectan acontecen, nuestro pensamiento racionalizador, domesticado, dual, enajenado, excluyente marcado por la unicidad-mismicidad. La educación se trata como acontecimiento ético, de ser capaz de sufrir con el otro, en el otro (Bárcena J. y melich 2000). Pensar el arte es  pensar al otro, Martí  “con el hombre y para el hombre” el arte no ha de dar la apariencia de  las cosas sino su sentido. (Alzaga 1983) 











 








 









La misión  del maestro  reclama una educación que forme sujetos,  personas y no individuos consumistas. Tampoco concepciones didactistas, porque nuestro objetivo no se construye meramente en el qué y el cómo, sino en el por qué y el para qué, para formar personas críticas capaces de pensar.

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