






El cuento, Donde viven los monstruos nos presenta y narra la historia de un niño llamado Max, un
niño inquieto, rebelde, y soñador. Cuando un día Max se pone su traje de lobo y empieza a tener un mal
comportamiento haciendo travesuras hasta
que su mamá le llama la atención y o envía a su habitación, sin cenar,
como castigo.
Una vez en su
cuarto y solo, Max a través de su
imaginación se inventa un
mundo ensueño, un bosque es su
habitación en donde empiezan a crecer
árboles y las paredes desaparecen y se crea un mundo entero. Aparece un barco que lo lleva por el océano a
la deriva … y luego de cruzar el océano
llega a una isla a la cual entra
y descubre que allí viven los monstruos
ante los cuales se declara el rey, y ordena una celebración y después
de bailar, festejar, empieza a dominar a las criaturas, pero decide que a pesar de ser rey se siente
solo y desea estar con alguien que lo quiera en verdad, por lo cual desea
regresar a su hogar, y regresa en ese mismo barco y llega a su mismo cuarto, donde lo aguarda una cena todavía caliente.
Con este cuento podemos ver que los niños tienen dos caras, por un lado; la de la inocencia de
todo niño y por el otro; los monstritos que llevan dentro y que en muchas
ocasiones aparece cuando sufren de rabietas, pataletas y mal comportamiento,
tirarse al piso, no hacer caso, dar patadas, ser groseros, arrojar cosas u
objetos. …por cualquier cosa o simplemente porque no se les complace.
Ahora bien si es cierto que
todos llevamos un niño dentro que es
liberador, también es cierto que llevamos en un rincón y lo más profundo de nuestro ser un
monstruo que atemoriza, con este libro podemos ir a nuestras oscuros mundos internos donde
habita ese monstruo que nos atemoriza y que cuando es nuestro amigo nos
defiende de otros monstruos ya que puede luchar en iguales condiciones de
monstruos a monstruos.
Es de noche. Y a través
de la imaginación de Max, vemos los lectores cómo su cuarto se transforma en un bosque donde crecen árboles
y cada vez se hace más denso, oscuro y salvaje. En este reino salvaje cuando Max llega a la isla se da cuenta que viven los
monstruos y sin pensarlo mucho se
declara su rey y declara una fiesta y juega con
sus monstruos y después que este festejo termina, manda a los monstruos a la cama sin
cenar, y Máx el rey de todos los monstruos
desea se da cuenta que está solo y quería estar donde alguien lo
quisiera más que a nadie, estar con
alguien que lo quiera, y desde el otro
lado del mundo lo envolvió un olor a
comida rica y ya no quiso ser el rey del
lugar donde viven los monstruos repente
el olor a la comida del otro lado del mundo. Pero los monstruos no querían que
él se fuera pero Max dijo “No” y aunque
los monstruos rugieron sus rugidos terribles, y crujieron y navegó d sus
dientes terribles, y movieron sus ojos terribles, Max subió a su barco
particular y les dijo adiós con la mano y navegó de vuelta hasta llegar a la
noche misma de su propia habitación donde su cena lo estaba esperando.
Max es inteligente si no se hubiera
declarado rey no lo hubiera hecho así, habría sido súbdito de sus propios
monstruos y quizás jamás habría regresado.
Una de las tantas enseñanzas de este
libro consiste en que por más que nos parezca que a veces estamos anclados
en un reino oscuro y salvaje, eso no es así, solamente pasamos por él y allí
permanecen nuestras huellas, que al
enfrentarnos a esos monstruos a esos miedos y transitamos por nuestros
sentimientos y emociones hay una
purificación y siempre hay una transformación y un regreso a nuestro hogar.